domingo, 30 de diciembre de 2007

jueves, 27 de diciembre de 2007



Mmm.

Todas las palabras están apelmazadas en la puerta y... es raro, muy raro. El alcohol parece favorecer que las mismas dejen de ruborizarse y se atrevan a dar un paso, pero el paso de la palabra es caótico, desorbitado, irregular... un dulce mordisco que no voy a permitirme probar de nuevo, ahora.

Lo se, estoy evadiendo los temas, no me queda más remedio. Luego soy el que odia la indiferencia, cago'n tó!

"no mires, no hables, escucha"

sábado, 22 de diciembre de 2007

jueves, 13 de diciembre de 2007


Oh, pobre. Oh... Pobrecito. Oh...

(Y me ahorro unas cuantas frases pre-re-fabricadas y un montón de gestos estériles.)

"I've never been an extrovert, but i'm still breathing."



Shoulders toes and knees, I'm 36 degrees,
shoulders toes and knees,I'm 36 degrees,
shoulder toes and knees, I'm 36 degrees,
shoulders toes and knees, I'm 36 degrees.


: D

miércoles, 12 de diciembre de 2007



Astor Piazzolla y su meditango, su desprecio hacia sonidos rocambolescos, su enamoramiento hacia el sentimiento hirviente que violonchelos y contrabajos proyectan hacia el mundo. Un visionario, un soñador, una utopía el desencadenar la realidad hacia el sonido. No sólo limitarse a crear sonidos, no sólo limitarse a plasmar lo hirviente, no doblegarse. Él no sólo plasma, crea. Él crea la vida atada a unos cordeles y otros la tomamos propia.

Astor Piazzolla, solo él logra que el tango no sea tango y que el sonido no sea sonido, él logra enamorarse del espacio sentimental entre el problema y el aludido. Cual nube electrónica fatal e infranqueable crea la ciencia en el sentir y crea lo abstracto en el sufrir. Enamoraría la tierra y a sus seres, para después quebrarles el corazón en un susurro.

No son quejas ni son letras, no es ambiguo, es un todo, es sentir el descubrir que viví del aire coaccionado por fatales músicas, y sin haber escrito letra. Y ahora duele el preguntar, imaginar y proyectar qué ha sido de las letras que no he escrito, si existen o han existido, y si alguna vez se mostrarán.

Como siempre, como acostumbra, el tiempo decidirá favorecer la pared rugosa o por contra, embelesar letras que en alguna parte están.

Es Astor Piazzolla sin su bandoneón, es su idea, es mi alma, el susurro al aire en aquel amanecer suicida del sillón.

birds flying high ...




"Un jardín en cada poro..."

Es fácil, que tontería. El cielo sigue en su sitio. El sol sigue quemando. Las palabras se las lleva el viento. Es tarde para entristecerse, es demasiado pronto. Demasiado rápido. No me quedaré contemplando el eclipse de ayer, prefiero el cielo azul y sus blancas nubes.

"As conspiracies unwind,
Will you slam shut or free your mind,
Or stay hypnotised?"


Elijo alzar la cabeza, no me dan miedo las farolas. Nada me logrará retener, no me dejaré caer, estoy aferrado al sol. (Y no, no lo soltaré por más que queme)

Lo siento, solo puedo reírme. No voy a dejar de sonreír.

martes, 11 de diciembre de 2007

tarde

Debería confesarme y hacer penitencia. Sería el precio justo por estrangular la experiencia y permitir un resquicio de ácido.

No he prestado atención.

Tampoco dejaré mi mano arder.

Mi corazón, en su sitio.

Todo se parecía, siempre se parece. Dejé mis párpados caer y me mecí en el perfume.

Ahora nada, el perfume voló con la corriente.

Oigo el billar y oigo sus voces. Susurran y gritan. De reojo.

"Todo ha sido un sueño"


-¿Nada más que un sueño?- pregunto confuso.
-Efectivamente. Solo un sueño.

-Ppero... si he estado sintiendo...
-Sentir no es suficiente, ha sido un sueño.

-...
-Apártese de la entrada, por favor.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Alas sobre gris

Son las mariposas, son breves con su caricia al cielo. El sesgado susurrar de sus alas y la dulzura del día después tras un día de hirviente azul ocre. No son las sorpresas lo que busca cada estancia en una nueva piedra, ni siquiera es solo afán de conocer el universo concentrado en una rugosa superficie invadida por la suavidad del musgo. No es solo eso. Podría parecer a ojos de otro insecto que lo único que buscan es un lecho amable donde caer en un profundo sueño, pero también estarían confundidos. Las mariposas no piensan en su supervivencia frente a los elementos, tampoco se puede resumir su vida en un simple aleteo en busca de la cópula con otra mariposa. No les importa que haya o no haya descendencia, lo que verdaderamente les importa es la belleza de cada figura, de cada movimiento en contra del deslizar del viento, de cada haz de luz que desvían con sus livianas alas. Piensan que la belleza es todo y se embriagan de ella, se olvidan de lo que a otros insectos importa, rehuyen cualquier explicación del mecanismo simple que engloba cada vida. Solo existe la mariposa y su evasión, la búsqueda de la belleza, nunca se darán cuenta de que viven y van a morir.

martes, 27 de noviembre de 2007

Positivismo


Ama el viento y las nubes.

Ama el frío y su noche.
Siempre engancha sus sentidos
con el tiempo,
con la imagen pasada.
Porque hubo un tiempo atrás
ahora hay poso y futuro.
Fortuito o no,
privilegiado o no,
pero hay un corte en el tiempo.
Sinsabor sentenciado
por uno,
que puede verse comprendido en el transcurrir
de la vida como luna,
escurriendo su luz entre nubes negras.
Forzando pasiones y acallando lágrimas,
pudiendo asfixiar gritos de socorro
o encontrar el beneplácito del amor.
Al final son nuestros pasos,
nuestras palabras,
nuestros labios y nuestras miradas
los que decidirán el mundo.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Micronomic



El silencio siempre es correcto. La ensoñación en su dosis.

Ayer fue un poco más, un paso más en el escarpado desfiladero. Siempre existirá un “¿cuánto más?” sin que se cuestione el riesgo; ya se apartará la mano cuando la piel esté quemada.

Lo cierto es que con esos árboles podados la vista es poco tranquilizadora. Si habitualmente es fría la sensación que transmite, hoy es una fosa común.

Sí, me gustó el día de ayer, pero no es sano echarse la manta encima y pensar que no hay un mundo allá fuera, por desagradable que sea.

Recomiendo el antifaz negro.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Polyethylene


Antes de que caduque.

"La ausencia de sentimientos no es agradable cuando imposibilita el surgimiento de cualquier idea que sea reflejo del alma. Realmente, cuando alguien no siente nada, se podría decir que es transparente a juicio de su propio pensamiento. Es algo desagradable observar como día a día, las motivaciones que aparecen con el devenir de los hechos cotidianos y casuales, se van desvaneciendo sin poder hacer nada para evitarlo. Se puede considerar, pese a todo, que describir la indiferencia supone un proceso explicativo de unas problemáticas particulares pero, en el fondo, pensando más allá de las meras palabras, la descripción no trasmite ningún sentimiento. Podría compararse todo esto a la lectura de cualquier prospecto médico o manual de instrucciones de algún cachivache moderno. En definitiva, no hay nada que lograr con ello ni consuelo en la lectura ajena de la explicación misma.
El dolor es fácil de expresar. La felicidad no tanto, pero sigue siendo posible. Sin embargo, la indiferencia sentimental produce una absoluta deriva interior donde, los puntos de referencia que sirven de apoyo para el día a día de cualquier vida, se encuentran diluidos en el tiempo de espera hacia algo momentáneamente interesante.
Decir que no hay nada más doloroso que la indiferencia es mentira; en todo caso, podría afirmarse que es insoportablemente incómodo porque evapora cualquier posibilidad de interactuar con el entorno. La relación personal, social, aunque solo sea mediante la interacción de dolorosas palabras, es lo que permite a una persona afrontar la vida de diferentes maneras. Podrás ir exultante al trabajo, e incluso si no has tenido un buen día, podrás volver a casa hecho un basilisco, pero cada dulce o envenenada palabra constatará el hecho de que vives dentro del mundo que te rodea, o que al menos vives aportando y viendo como el marco aporta algo a tu vida.
Dentro de los estados del alma, me arriesgo a afirmar que no hay ninguno más significativamente próximo a la muerte que la propia indiferencia."

miércoles, 21 de noviembre de 2007

From Another Life


Me cuesta escribir, las letras se aferran al alma.

Como el alma está quieta, sedada, aburrida, las palabras no se exaltan.

Y si el alma no se exalta, no hay nada que escribir.

Vacío insalvable.

Eterno.

Como el abrazo de aquel atardecer invernal, gélido, mientras el horizonte ardiente trataba con cariño de apaciguar el mar. Eterno.

Tan rápido puede uno decirlo:

Eterno.

Tumbarse entre sus sábanas.

Dejarse evaporar por el tiempo.

Despertar para sentir algo.

El precio de la droga es la vida, es el recuerdo, es cada una de las tardes lluviosas. Es el maldito intento de tatuar su nombre en una herida abierta. Destartalando el ecosistema, destartalando los sesos, ¿quién puede ahora perderse si ya no hay muebles?

¿Dónde está la alfombra bajo la que barrer toda la mierda?

¿Quién diferenciaría una mentira? Ni el interés, ni la cárcel.

Parece eterna esta sensación, y el problema es que no es bella.

Tan solo aburre…

No es dolor.

No es tristeza.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Azul pétreo invadido de tóxicas nubes grisáceas escupidas por la humanidad siderúrgica. Ese podría ser el resumen de lo que obsevaba tras las ventanas del autobús, un anochecer inmediato, una brevedad contaminantemente bella. Después se haría de noche y la música empezaría a aburrir, el beso de nicotina pediría turno y finalmente las sábanas cargarían con el agotamiento diario. Físico, mental, paranormal, agotamiento androide, aburrimiento visceral.

Esperar aburre y definitivamente me aburre tanto aburrimiento.

Esperar.

Esperar.

Climbing up the walls.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Don't Think

Parece helado el manto con el que la noche envuelve cada paso resonante en las desgastadas baldosas. Cabeza gacha y un rumbo dubitativo mientras la luz de esa farola estalla, desaparece, amando el hueco en las sombras bajo las suelas de mis zapatos. Solo palabras apremian la desidia del deshielo, indiferencia. Mintiendo, porque la indiferencia es clara y rotunda, como la dificultad de expresar el problema. La droga pura del alma, la confianza de ir un paso más allá, no mirar el suelo y mantener la cabeza erguida sobre las alturas.

"Clonc!"

La farola. La mirada al frente se tambalea.

Re Fa Si

Me duele la cabeza y tengo sueño. No tengo tenazas que tiren de palabras más precisas.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Quejas de Bandoneón


"Won't let the creeping ivy,
Won't let the nervous bury me.
Our veins are thin,
Our rivers poisoned,
We want the sweet meats
We want the young blood
"

La lagartija se escurría lentamente bajo las piedras, obviamente era consciente del peligro de aquellos enormes pies qué, sin querer, sin pretenderlo, podían acabar con su vida. Pero verdaderamente a nadie le importa lo que le hubiera pasado o le dejara de pasar a aquella puta lagartija.

Realmente, ¿quién puede sentirse ofendido por un juego que no es el suyo? Cada persona es libre de atar o desatar, de entretenerse en juegos infantiles o aparentar vivir en el marco de la consciencia. La realidad detrás de todo esto es la de asumir las consecuencias, incluso si aparentemente no existen. Aparentemente, puesto que después de todo, cada acto genera su propia consecuencia.

Así que, siendo sinceros, dos labios más o dos labios menos forman parte del juego infantil, no son nada fascinante ni sobrecogedor. Dos labios más o dos labios menos son un precio razonable por olvidarse de la cabeza y limitarse a jugar. Dos labios siempre son dos labios, no son una mirada o una palabra interesante. Si de palabras interesantes se tratara, esto no sería un estúpido juego.

Pero... (siempre hay un "pero" ^^) aún tratándose de un juego, todo juego tiene sus reglas obviamente. Así pues, dos labios menos es un precio razonable si de igual manera sirven para conocer al conocido, aquel que se viste con pieles de cordero bobo y que resulta ser un desalmado :'( . Pero bueno, ¿quién se puede sorprender a estas alturas? para algunos los labios siempre cotizan al alza, como la envidia de no ser el centro de atención. Entonces es cuando los corderitos descalifican en nombre del "inocente" (ahora sí tiene sentido) y logran un buen tocho de bistec de labio, de atención o lo que demonios sea.

Un chico bastante inteligente dijo una vez "dadle al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios", y a eso un servidor se remite, con la única diferencia de que yo no pongo la otra mejilla, no es divertido... Prefiero jugar ^^. (yeah! xD)

Así que, ¡por favor! que nadie espere una retaíla de poemas empalagosos por tamaña banalidad ni celos ni sentimientos bonitos a la vista, esos se guardan para las palabras interesantes, para las miradas.

Y en cuando a los desalmados lobitos, espero que no se atraganten con un mixomatoso conejo.


Y ya está, hasta aquí las quejas de Bandoneón. (quién coño sera ese? xD)

viernes, 26 de octubre de 2007

Copa y sofá




Hace frío, mucho frío y no hay consuelo. Puede que el alma busque soluciones, puede que incluso uno se pueda sentir joven y jovial mientras espera divertimentos inocentes. Tal vez. De todos modos, lo mismo que puedo estar diciendo la verdad, mi subconsciente carnívoro en prepotencia tal vez podría estar tratando de engañarme. Tal vez no le guste aquello que trae aires juveniles de años atrás, se siente más cómodo en el pedestal del sufrimiento. Y yo lo puedo comprender, ha tenido mucho tiempo para sacar sus conclusiones y aplicarlas a espaldas de la conciencia, pero la conciencia sabe que las palabras simples, fáciles, intuitivas, suelen ser más reales que cualquier frase rebuscada en el saber. Tal vez ya va siendo hora de separar conceptos y reintegrarse en el engranaje lúdico de nuestros días, tal vez sea la ocasión de vivir borracho sin falta de consumir alcohol.

El pobre subconsciente, el pobre, que mira de soslayo, que se aterra cuando el consciente discrepa, que se ha cubierto las heridas con la gloria de la convicción, el pobre que pensó protegerme cuando yo no fuera lo suficientemente objetivo en el actuar, el pobre que endereza el camino, el pobre, se está enclaustrando demasiado. Tal vez debiera tomarse unas vacaciones e irse a Japón o a Letonia, vivir y dejar vivir, porque el consciente es pacífico y dialogador, pero pretende disfrutar de la inocencia sin complicaciones.

Por favor, no más dilemas morales inútiles, la replicación de mis células tiene un límite, carai.

A ver.

El por qué de la existencia corresponde al “porque existe la posibilidad”, la finalidad de nuestra vida es ser finalidad, queramos o no. La única diferencia es el qué regalemos al mundo y cómo, ya que hagamos lo que hagamos aportaremos algo, y ese mismo algo, su juicio, es en base a la moralidad vigente. Por lo tanto, a ojos del universo, da exactamente igual lo que hagamos, la materia y la energía seguirán ahí y ellos son lo único importante. Así que desde ese punto de vista, dada la poca importancia de nuestros actos, ¿que menos que disfrutar de una materia con conciencia? Tenemos la capacidad, aprovechémosla. Cada uno a su manera, of course. Cada uno con un mayor o menor gasto de neuronas.

Por supuesto que existe la vertiente “humana” de este razonamiento, aplicada a la moralidad vigente y subyugada bajo la mirada penetrante de los sabios de la civilización, pero por ahora, esa me la paso por el forro de los cojones.

Hace frío, mucho frío y... ¿no hay consuelo?

Ui, ui… a ver si vivir es más sencillo que pensar… Por lo pronto, la noche de viernes ha comenzado.


Freezing in haunted water – Julian Fane

lunes, 1 de octubre de 2007



Estás ahí. Estás.

Puede que estés.

Podría verte. De nuevo.

Podría. Esperanza.

¿Suficiente?

Puede. Tal vez.

Mera ilusión incluso. El genio malvado.

¿Aplicar la Duda Hiperbólica?¿Debería?

¿Olvidar esa noche con foto?¿Olvidar la otra noche sin ella?

Puede. Tal vez.

Sus ojos. Rehuían. Querían.

Sus palabras dormían las mías. Las mías describían las suyas.

Volvería.

Por ti.

Por mí.

Por esclarecer el fundamento de mis besos.

Por descubrir la incógnita pasional de un alma apaleada.

Por saber. Por evitar el desagrado. Por la certeza.

Porque si no vuelvo, si no te encuentro, olvidaré cada noche.

Y NO QUIERO OLVIDARTE

Tal vez debiera. Tal vez.

Y puedo.

Simplemente no quiero. No quiero pasear la incertidumbre.

No quiero regalar la curiosidad a nadie.

No quiero volver a cualquier duda. No quiero otro fracaso. Otro abandono.

No. No abandonaré mi excusa de caminar por esa acera.

No me olvidaré de aquella entrada de metro.

No quiero. Eso es suficiente.

Tal vez.

Puede que vuelva. Tal vez no encontrarte. Perderte.

El dolor enseña. El fracaso. El miedo. El miedo a algo bonito.

Tal vez fuera demasiado bonito otro nocturno paseo.

¿Por qué será que no confío en Dios?

A partir de ahora confiaré en mí mismo. Por tí. Por todo.

Por cualquier busqueda de piña. Por cualquier pregunta. Por cualquier foto.

Por las sonrisas.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Dios es amor

Cuando tu recuero alumbra la impaciencia,
son recuerdos resonantes los que,
entrando al trapo,
recuerdan la insolencia.
Porque sencillo sería decir:
no es rima,
no hay versos,
es absurdo.
Pero más allá de las convenciones,
más allá de la nula poética,
es alma la que implanto,

en cada palabra y en cada letra,
en cada mirada indiscreta hacia ninguna parte.
Porque el amanecer está desnudo frente a la inocencia,
porque cada segundo vivido
es un segundo menos ante Dios.
Porque perder es ganar,
al menos bajo la crítica mirada.

(De la experiencia para quien no comprenda)

Cada paso es un reto,

como peso escurrido,
deseoso de perder,
prendado del ejemplo de filósofos que,
pensando en el mundo
olvidan su existencia.

Y admito que las palabras se traban,
parecen estáticas,
huérfanas,
pero no será por propia intención…
En todo caso será mi experiencia
la que sin querer olvida el sufrimiento,
y es nula llegado el caso de expresarlo.

Cuando el suelo se abre bajo mis pies,
debo escupir,

rellenarlo de improperios,
vomitar si hace falta
pues el vómito seco normalmente,
incluso si Dios no lo desea,
se vuelve seco.
Lo suficientemente seco para caminar sin patinar,
sin caerse,
porque los pies de barro acomodados se sienten
en suelo mullido aunque maloliente.


Y si a Dios le interesa,
ya no estaré esperando su grandilocuencia,
su bondad,
su comprensión,
su justicia,
su veracidad.
Ahora, Dios me resulta indiferente frente al mundo,
porque me ha dado mucho,
sí,

pero se ha tomado el lujo de quitármelo todo.
Y siendo incluso más estrictos,
negaría el honor a Dios
de semejante hazaña,
regalándosela a la mera trivialidad,
que aunque impersonal
sensata es en abundancia.
Y que coño,

nombremos a dios en minúsculas,
qué no deja de ser una mera invención
y un mero logro imaginativo

de la primitiva originalidad humana,
que creyéndose especial en su esencia,
solo bajo algo superior ha podido legitimarse.
”Dios ha muerto”,
llegaron afirmar algunos,
“Dios está en nuestros corazones”,

otros contestaron,
pero no es dios,
es su imagen,
es la idea,
usufructo bastardo,
la idea nació de la estupidez,
de la necesidad de vivir de ilusiones.

Y ahora,
llegado el momento,
que la poesía se convierta en realidad.

Porque cuando besaba los labios,
no imaginaba,
acariciaba en todo caso,
disfrutaba de piel ajena.
Mera necesidad convertida en escarnio,
como luces serpenteantes,
serpenteaban,

alucinaban mis ojos en el descaro,
turbulentos,
en imágenes giratorias y artificiales.

Sencillo es decir artificial a cualquiera,
más difícil es,
pese a todo condicionamiento,
sentir,
amar,
llorar,
gritar,
de un sentimiento propio,
sentimiento que no alcanzará a cualquiera.
Pues un garrafal fallo es decir

que la vida es sueño,
y los sueños,
sueños son.
Porque pese a sueños,

podremos intervenir más allá.
Que el mundo es nuestro,
vale,
que las palabras y los gestos también,
mas no es poder individual el mundo,
sino elecciones acertadas,
subyugadas bajo los fallos y aciertos del resto.

Y cuando mis palabras temblaban,
temblaba el mundo.
Bajo mis pies era suelo arcilloso
el que con apariencia divertida,
sabía del final adecuado.
¿¡Adecuado!?
gritaba con impotencia,

mientras perdía besos
y aparecían viejos,
mundos viejos,

que había olvidado a sabiendas de su irrefrenable aparición.

Para qué sufrir si saber es suficiente,
no puedo ni quiero convencer,
solo será decisión de mi caprichosa mente.
Ella decidirá cuando y como,
y si de llorar hace falta,
que no quepa duda de que ese cielo merece el llanto,

que no será inconsciencia la gala de noche,
sino la cumplida diversidad de ideas
porque sin ideas dios estaría muerto y,
hoy en día,
su importancia solo estriba en el deseo.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Maniatado sol

Sus pies le llevaban, paso a paso, metro a metro, hacia la salida. Era un vestíbulo pobre estéticamente y se podía olfatear un penetrante olor a limpieza. Uno de muchos, otro edificio antiguo en pleno centro neurálgico de la ciudad. Su pie derecho ganaba terreno tras descender el último escalón de la crujiente escalera de madera. Sus ojos estaban posados en la sucia calle que se dejaba apreciar tras los cristales de la puerta.
Dirigiéndose estaba, en compañía, mientras cada pequeña porción de tiempo se hacía interminable. Entre una y otra, sus sentidos eran capaces de analizar cada peculiaridad bloqueadora de sentidos ávidos de sensaciones. Era dulce cada mota de polvo tendida sobre el suelo de mármol. Eran armónicos todos y cada uno de los pasos que hacían distar menos de la luz templada de un sol asfixiante. Presionó el botón que libraría la puerta de su sujeción mecánica. Abrazó con su palma de la mano el mango de la puerta con la fuerza de unos músculos que pretenderían abrirla. Y abriéndola estaban, cuando unos ojos aparecieron en el marco de la puerta, en el trasluz de un vestíbulo pobremente iluminado, con colores que hacían oposición a encontrarse en los muros de cualquier hospital.
Primero fueron los ojos, después, tras la insistencia de las miradas, fueron los labios los que esbozaron una sonrisa. Era un encuentro casual, peculiar, ajeno a cualquier convicción. Eran dos cuerpos atrapados en escasos metros. Era cada movimiento, cada duda, cada trozo de piel cautivo en la sensación infantil de un juego de miradas. Él la dejó pasar, bloqueado por el miedo de aquella sonrisa y solo quedó un cabello castaño al son de pasos decididos, atrapado en tiempo. Atrapado en el tiempo de aquellas sonrisas infantiles y aquellos ojos dulcemente femeninos.
Dos, tres, cuatro pasos los fueron alejando. Él solo se pudo quedar con el perfume que delicadamente envenenaba cada milímetro del aire. La resignación de la creciente distancia de su pelo deslizado sobre un cuello temeroso de la calidez de cualquier beso.
Ella estaba lejos y él también. Él la sintió desconocida.
La sintió desconocida hasta que se percató de que su perfume la noche anterior había estado a escasos centímetros sobre la basta tela del mismo sofá. Solo entonces entendió que volvería a verla y pudo sentir la escasez de su presencia.

Era lo que necesitaba. Eso fue lo que pasó.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Ice age's coming

¿Qué es un angel, más que la intención maniatada de un suspiro satisfecho?

Tu suspiro engancha mis altaneras palabras, las conduce hacia una salida sin especificar. Siempre aparece la salida como mundo pretendido sin ser visto como solución de amapolas aburridas y convalecientes de una enfermedad absurda. Siempre es absurda la mirada oblícua de ojos esféricos estereotipados en increibles sorpresas, mas nula es la visión razonada de mentes absortas en inundaciones del subconsciente. Como mis palabras absurdas, como mi corazón sibarita que no deja de preguntarse por qué.

¿Por qué algo inutil, por qué algo carente de interés? Mas la respuesta dudosa no deja de ser la respueta rotunda de una voz que, cabizbaja afirma, "porque sí". Porque no existe respuesta frente a labios que pretenden besar un suspiro abandonado, porque el beso jamás será imparcial.

(Angel, puedo ver mi rostro en tus ojos.)

Qué guay, ¿verdad? Es fantasioso el pensar ladronzuelo de miradas que no son propias, pero siempre es mejor el hecho de jugar con las apariencias sin ser incisivo en las consecuencias que ellas puedan provocar. Mentir es un placer que solo la dañina sinceridad puede suplantar.

¿Mas mentiría si dijera que la envidia tal vez sí sea fundada? Odio el regalo de flores a entes que las pisotearán en el barro.

Dios mío, ¿en qué me has convertido?

martes, 18 de septiembre de 2007

Carpe Diem ...

Así, así, así caía el tren por el precipicio. Se podía oír a la gente gritando el típico "Oh, Dios mio, ¡¿qué está ocurriendo?!", pero el sonido era más lento que la caída en si, de modo que el desenlace fue obvio. El tren acabó aplastado contra un pequeño regato de cantos rodados y muchos indígenas pensaron que era el momento adecuado de comenzar una empresa chatarrera-acerera.
Y les fue bien. La verdad es que después de quemar los cuerpos, nadie se cuestionó la procedencia de aquel estilizado metal que acabaría sirviendo como base para utensilios de alimentación y divertimento. El problema fue la conciencia de los indígenas de la zona, que quedó manchada bajo el miedo a ser descubiertos por las autoridades neofascistas de su país. Bueno, del país en el que se encontraba su territorio.

Cuando se acabó el metal, pensaron que era momento de abandonar el miedo, puesto que la prueba fehaciente del accidente había desaparecido. Sin embargo, justo minutos después de que el último lingote de metal fuera vendido, las autoridades neofascistas se dieron cuenta de que habían desaparecido doscientas personas y el tren en el que viajaban dos años antes por aquella zona, así que pronto sugirieron que la autoría de tal masacre se debía inequívocamente a los ignorantes indígenas.
De este modo, las autoridades decidieron tomar como castigo una justicia equivalente. Mataron a todos los indígenas y despellejándolos, guardaron sus apiladas tiras de piel de cara a un negocio clandestino de peletería.
Pobres autoridades fueron, ya que cuando volvían de vuelta a la metrópoli, el camión en el que viajaban sufrió una extraña avería y se precipito por el mismo abismo en el que había caído aquel olvidado tren de pasajeros.
No les echaron en falta hasta que se produjo un incremento en la población de buitres carroñeros que, embelesados por el sabor de la carne putrefacta de aquellos agentes, desafortunadamente vieron en los ojos del alcalde de la metrópoli un auténtico manjar.

Tears from Ho Chi Minh


Cuidadano eliminado, eres demasiado iluso. Confías en el mundo de las causas sin embestirlas, confías en sus consecuencias benignas y en sus regalos. ¿Por qué sigues creyendo que el mundo te regalará algo más que su esencia si, efectivamente, nadie regala nada sin esperar algo a cambio?
Ciudadano eliminado... ¿por qué confías en el mundo sentimiental cuando las realidades se encuentran en los hechos? Podrás afirmar que eres fruto de la trivialidad caprichosa de un dador, pero no podrás alimentarte de ello sin consecuencias desagradables...
Ciudadano eliminado... si yo soy tu conciencia, por una vez en tu vida hazme caso. Si no quieres sufrir, no sueñes, no raspes el tejido suprasensorial del que tanto dependes. Si tú quieres, cúbreme de fango junto a tus palabras y tus sueños, pero no sufras el romanticismo contratemporal del que tanto te enorgulleces.

Soy tu conciencia y mi consejo es que me mates. Mátame antes de matar a Dios, porque el nunca te perdonará. Dios seguirá mirando a otro lado cuando las montañas de azufre sepulten tu alma, él no perseguirá los sueños de sus mascostas; como mucho, envidiará tu sufrimiento. Él no sufrirá porque es perfecto, él no puede sufrir.

Ciudadano eliminado, esto ha sido un accidente desafortunado.

Sin embargo, ciudadano eliminado, tuya es la elección, y sentir hasta explotar es más exótico que sentir lo regalado, ¿verdad?

Cada uno con su conciencia, yo solo soy una parte de tu alma viciada de promesas autoimpuestas. Pero a mi no me puedes engañar.


lunes, 17 de septiembre de 2007

Ahora destripa anteayer


El piano retumba bajo cada tecla, pulsada y violada en la supuesta creación de sentidos amargos y poco conocidos, en parte por culpa de una situación anunciada. Porque algún día debía de ocurrir, algún día tendrían que volver los perfumes y los malos muertos que ocultaba en el desván de mis palabras. No todo acto trae consigo una impunidad explícita, y el mero hecho de abandonar el pesar, puede ejercer aún mayor presión bajo sesos descompuestos por la dulzura encontrada en tus manos.

Imaginación.


Porque el ocaso de nuestros dioses sea el principio de no se que nuevo periodo de tranquilidad racional. Brindo.

No pretendo de mis palabras un milagroso escudo, reniego incluso de cualquier interés social que las mismas me deporten; ahora mismo, el consuelo no es posible. Tal vez existió consuelo en mis entrañas cuando creía que el hecho de que alguien escuchara mi embriagada voz, tenía como única causa la comprensión e interés por la misma, pero eso ahora no existe. Ayer me di cuenta de que una conversión forzada no arreglaría nada.

Y recuerdo momentos en los que el hecho de emborracharme me permitía un leve contacto con esta ciudad y su gente, pero ahora se está desvaneciendo en la alocada carrera por sentir más que nunca y perder los papeles en el intento.

Y a cada minuto, tu imagen se desvanece un poquito más. Y la dificultad de recordar momentos interfiere con la imaginación, produciendo dulces situaciones efímeras.



Efímeras, irreales, que pudieron ser posibles y no fueron.