jueves, 27 de diciembre de 2007



Mmm.

Todas las palabras están apelmazadas en la puerta y... es raro, muy raro. El alcohol parece favorecer que las mismas dejen de ruborizarse y se atrevan a dar un paso, pero el paso de la palabra es caótico, desorbitado, irregular... un dulce mordisco que no voy a permitirme probar de nuevo, ahora.

Lo se, estoy evadiendo los temas, no me queda más remedio. Luego soy el que odia la indiferencia, cago'n tó!

"no mires, no hables, escucha"

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