Debería confesarme y hacer penitencia. Sería el precio justo por estrangular la experiencia y permitir un resquicio de ácido.
No he prestado atención.
Tampoco dejaré mi mano arder.
Mi corazón, en su sitio.
Todo se parecía, siempre se parece. Dejé mis párpados caer y me mecí en el perfume.
Ahora nada, el perfume voló con la corriente.
Oigo el billar y oigo sus voces. Susurran y gritan. De reojo.
"Todo ha sido un sueño"
-¿Nada más que un sueño?- pregunto confuso.
-Efectivamente. Solo un sueño.
-Ppero... si he estado sintiendo...
-Sentir no es suficiente, ha sido un sueño.
-...
-Apártese de la entrada, por favor.
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1 comentario:
a qué se debió su ausencia?
nadie nos quita el soñar..
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