lunes, 10 de marzo de 2008


Sonido de teléfono.

También las migajas de galleta con chocolate parecen aburridas frente a la pantalla. Miguillas esparcidas que no esperan ninguna carta, ninguna persona ni ninguna promesa. Esos trozos incompletos solo se deben a una forma más organizada como era la redonda galletita recubierta de chocolate. La galleta caducó, al menos sí caduco su estancia en el paquete.
De la misma manera en que unas migajas se aburren sobre la mesa, ¿qué decir del papelito con nombres de canciones, de la goma de plástico, de un mando obsoleto, del documento1 de Microsoft World, de las 22:12 o de la figura que no refleja la opaca superficie del monitor? Ellas, todas ellas, sienten por igual o dejan de sentir lo mismo, la única diferencia es que una de ellas puede ser más que lo que vive. Puede, porque también puede salir a la calle y encontrarse un billete de 500 euros sobre la acera. Puede porque también puede ser asesinado en la esquina. Puede porque la diferencia entre una letra u otra solo reside en el azar físico unido al azar psíquico.

De entre las personas
la sombra,
cabizbaja y resentida,
jugando con las piedras
pretendía olvidar el agravio.
Ser sombra en la noche,
desaparecida en el sol.
Otras disfrutaban de la calidez de un cuerpo,
ella solo podía sentir el frío de su dueño,
Pobre dueño que en la tumba vacía yacía.

Necesito un trago. Y un coche. Dinero para gasolina, coger la autovía de la Plata y perderme por Madrid.

Y encontrarme por Madrid con un amanecer cualquiera, sentirme figura escuálida comida por el silencio en la Gran Vía. Pasear teniendo sólo en cuenta donde está el norte y donde el sur. Vagar mezclado, entremezclado, allí donde no necesito ser nadie y donde no me siento nada más que otra mota en el mosaico interminable.
Necesito un poco de pausa desenfrenada. Necesito pensar mientras dejo de pensar. Catalogar caras y voces en una de mis variadas carpetas C/.

Necesito recuperar la confianza que he perdido hora tras hora en este estúpido inicio de año.

1 comentario:

Anita dijo...

Soñar es sentirse lejos... Pero recuerda que solo en los sueños las cosas son perfectas...

Un beso, primo