martes, 1 de julio de 2008


Entre espacios silenciosos de dos segundos se disponen inmóviles, ellos son quienes aguardan las guerras y las catástrofes mientras el mundo respira tranquilo. Son ellos quienes se desangrarán por la tierra, dándole fertilidad por cada una de las gotas derramadas. Se mantienen inmóviles mientras el suelo cruje y se retuerce intentando tragar a todas las personas que una vez desearon que les tragara la tierra. Una vez y otra, sin descanso, solo esas pausas de dos segundos entre trama y trama, clasificando todo suspiro humano mientras se alejan de la humanidad. Inhumano y humano perdido el silencio entre los cuerpos inmóviles, pupilas inmóviles, palabras inmóviles, el mundo se torna color perla filtrando las nubes del cielo.

Las colinas verdosas con su capa de escarcha en la mañana y el aire frío, silencio infantil, esperando el sol de las nueve para fundirse en azul perpetuo. Hasta que se descosa la vida en un nuevo atardecer, muerte, dejándose en manos de la noche y sus secuaces, y el hielo que a la mañana siguiente se vuelve a fundir en la yema de los dedos.

Todo está en la yema de los dedos.

1 comentario:

DansMaChair dijo...

he vuelto, no se porqué, pero tampoco se porqué me fui