jueves, 3 de junio de 2010

Introducción 5 Desarrollo histórico del estudio de la mente


¿Por qué cuando se hunde en el océano la tempestad sentimos en la boca un regusto tan dulce? ¿Será que el ocaso de la muerte nos confiere a los hombres la sagacidad necesaria para renunciar a la conciencia?

Perecer y asirse con fuerza para no seguir cayendo es algo que duele. Sin embargo, en el océano, sin tablas de un naufragio, morir en la infinita soledad es un placer que nos acerca un poco más a la confeccionada visión literaria de Dios. Dios es el anhelo del ser humano. Todo ser humano es desdichado, todo ser humano tiende a Dios. Dios es inalcanzable porque el ser humano es inalcanzable. Ahora sí entiendo por qué el hombre debe ser superado: solamente para poder superar la idea de Dios.

Sería loable entonces refundar la vieja idea omnipotente personificada; tal vez sería sensato volver a aquellos tiempos en los que la superación sólo se encontraba en la clorofila y en los bisontes que se honraban durante su caza.

10 comentarios:

Crisálida dijo...

mentira mentira

"... La única alternativa posible es sencillamente la de atenerse a la experiencia inmediata de que la conciencia es un singular del que se desconoce el plural; que existe una sola cosa y que lo que parece ser una pluralidad no es más que una serie de aspectos diferentes de esa misma cosa; originados por una quimera. La misma ilusión se produce en una galería de espejos y, en forma análoga, el Gaurisankar y el Monte Everest parecen ser una misma cima vistos desde valles diferentes.
(...)
Sin embargo, cada uno de nosotros tiene la indiscutible impresión de que la suma total de su propia experiencia y memoria forma una unidad, muy distinta de la de toda persona.

Analizándolo minuciosamente, se verá que no es más que una colección de datos aislados (experiencias y recuerdos), o sea, el marco en el cual están recogidos. En una introspección detenida, se encontrará que lo que en realidad se quiere decir con "Yo" es ese material de fondo sobre el cual están coleccionados. Puede usted llegar a un país lejano, perder de vista a sus amigos, olvidarlos casi del todo; gana nuevos amigos y comparte la vida con ellos con tana intensidad como jamás lo había hecho con los anteriores. Cada vez será menos importante que, mientras usted vive su nueva vida, se acuerde todavía de la antigua. "El joven que yo fui" puede usted decir de él en tercera persona. El protagonista de la novela que usted está leyendo probablemente esté más cerca de su corazón, y con seguridad viva para usted con más intensidad y le resulte más familiar. Sin embargo, no se ha producido ninguna ruptura inmediata, ni muerte alguna. Incluso si un hábil hipnotizador consiguiera borrar todas las reminiscencias anteriores, usted no tendría la impresión de que le han matado a usted. En ningún caso habría que deplorar la pérdida de una existencia personal.
Ni jamás habrá que deplorarla."

Diego dijo...

Oh no. Irene se ha pasado al determinismo de las citas.

Que pena que tu pretendida objetividad esté al mismo nivel que mi amargada subjetividad.

Decir 'mentira mentira' y hablar mentalismos es... curioso. Máxime cuando sabes de sobra que escribo lo que siento y ese sentir es infinito y no acorralable por ninguna cita ni ningún marco teórico.

Crisálida dijo...

Es curioso tu tono y que hagas identificaciones como "acorralable" cuando deberías saber que no es mío el concepto de discusión como guerra.

Diego dijo...

Curioso, sí, pero sólo tuyo es el nuevo concepto de "mentira mentira + cita".

Y puede que sea mio el concepto de discusión como guerra (más bien discusión como entretenimiento), pero tuyo es el concepto de provocación injustificada para observar qué sucede después.

Crisálida dijo...

¿Injustificadamente? ¿No está todo justificado, incluida también mi forma de sentir?

Tuyo el reaccionar (quizá injustificadamente desde mi punto de vista) como si mi intención continua fuese pinchar para ver qué sucede en vez de comunicar algo.

Si al final es una cuestión de forma, error mío por no haber previsto que aún tengo que elegir las palabras hasta ese punto si quiero que me entiendas.

Diego dijo...

Claro que todo está justificado. Prefiero entenderte a ti que entender una cita, y tú sólo has dicho "mentira mentira". Y me es legítimo cabrearme cuando lo que pretendo expresar es comparado con ¿un marco teórico?. ¡Yo no estoy expresando ningún marco teórico, sólo estoy expresando lo que siento! ¿Cómo no me voy a cabrear cuando tiras sobre mis palabras una caja claificatoria? ¿Eso no es provocación?

Y sí, puede ser un error en la forma. Es como el cuento de pedro y el lobo. Y tú has pinchado muchas veces, Irene. ¿Qué esperas?

Crisálida dijo...

Reformulo:

Anoche, dado lo aburridísimo de mi trabajo sobre el punto de vista astrobiológico de los resultados de las investigaciones de las propiedades de los satélites de los planetas del sistema solar me entretuve buscando información aquí y allá sobre la termodinámica de la vida.
Como no encontrara en toda la biblioteca de biología un libro que tratase simplemente sobre la vida, había sacado este de la biblioteca de física ("Qué es la vida?", de Schröndinger). Está muy obsoleto en alguna cosa (el señor piensa que los cromosomas humanos son 48, que las proteinas del cromosoma son las que llevan codificados los genes, que el contenido energético de los enlaces químicos de los alimentos no tiene relevancia en cómo en ser vivo es capaz de mantener entropía negativa), pero disfruté un montón porque tuve la sensación de estar leyendo cosas que había pensado y aún no había visto escritas. Por ejemplo, que los seres vivos somos tan grandes en comparación con los átomos porque el mínimo estadístico de partículas que se necesita para inferir opciones claras en la extracción de información y en la toma de decisiones (y en general para sintetizar en leyes físicas) es así de grande. O que la indeterminación cuántica no es suficiente para causar indeterminismo en las decisiones humanas, y que sí puede tener implicaciones en la meiosis (esto me recordó a Michel Djerinski).
Mientras leía me iba ilusionando. Leí entradas de la wikipedia acerca la entropía y llegué a una sobre la neguentropía, un concepto algo raro, y luego no sé cómo llegué a una web con artículos de contenido político (leí por ahí Euskal Herría) en el que hablaban de la neguentropía de una forma un poco sensacionalista pero que me hizo sentir algo. Poco a poco iba pensando y pensando alrededor de ese algo, pero no sabía que era, era algo relacionado con la sociedad, con la vida y con el hombre, con la física, pero contrastaba las sensaciones y las ideas no quedaba nada claro, de nuevo, y eso me deshinchaba. Pensé en los autores que a lo largo de la historia habían tenido que enfrentarse a ese vacío y cómo tuvieron que asegurar su conocimiento con chinchetas en la nada. Todo enfoque, entonces, me pareció justificado, desde el constructivismo hasta el objetivismo ingenuo, el empirismo de Hume y el racionalismo de Descartes -que nunca me había dicho nada-, los principios antrópicos, las idas de olla de Tomás de Aquino, todas estaban justificadas y eran tremendamente honestas.
Me tumbé en la cama boca arriba pensando en cómo la mayoría de las veces la mecha está mojada y la incapacidad de vencer las contradicciones y las indeterminaciones me paralizaba. Pero sentía ese punto en el que las indeterminaciones y las incongruencias no molestan, sino que forman parte del paisaje general, y puedo mirarlas desde arriba, desde abajo, y el hecho de sentirlas es suficiente, aunque no pueda desplazarlas en ninguna dirección.

Crisálida dijo...

Luego abri un cuadernín que tenía por ahí que habia estrenado hace cuatro años para hacer borradores de cartas y me asqueó muchísimo porque en aquella época estaba super mística, pero por imitación, y había sabido que era todo un disfraz y había tapado las incoherencias igualito que esta gente que siempre da vueltas a los hechos para creer en el Señor. Cogi un rotulador rojo y empecé a dibujas esvástivas y casi escribo un SIEG HEIL porque me hacian gracia las ganas que tenía de exterminar lo que había escrito ahí. Escribí comentarios burlándome con aires de suficiencia científica y pesimista. Entonces leí el epílogo del libro de Schröndinger [lo que te copié es un cacho de eso] y me hizo gracia que defendiese que había una sola conciencia y mencionase el hinduismo (justo cuando acababa yo de leer en mi cuaderno aquello). Un par de frases me hicieron recordar cómo yo había sentido las palabras que estaban escritas en mi libreta, y sabía que tenían una base, que yo en algunos momentos, desde la niñez, había sentido las cosas "místicas", o que ese disfraz era una herramienta para describir algo que he sentido siempre de fondo, que aún siento ahora en algunos momentos. Entonces me di cuenta de que a los dieciséis años ya había verbalizado con cierto éxito "eso", y me sentí orgullosa de poder sentir, y haber llegado por un camino independiente a lo que habían llegado los místicos de culturas exóticas. Una nota al epílogo hablaba de un libro de Aldous Huxley, Filosofía perenne, lo busqué en la wiki pero el tema me pareció un poco gratuito y que no me aprotaría mucho. Entonces miré a ver si habías escrito algo y sí, cuando lei que todo ser humano es desdichado y tiende a Dios, me recordó a una parte del epílogo del libro donde dice

"i) mi cuerpo funciona como un mecanismo puro que sigue las leyes de la naturaleza
ii) sin emabrgo, mediante experiencia directa incontrovertible, sé que estoy dirigiendo sus movimientos, cuyos efectos preveo y cuyas consecuencias pueden ser fatales y de máxima importancia, caso en el cual me siento y me hago enteramente responsable de ellas.

La única conclusión posible de estos dos hechos es que yo -es decir, yo en el sentido más amplio de la palabra, o sea, toda mente consciente que alguna vez haya dicho o sentido "Yo"- soy la persona, si existe alguna, que controla el "movimiento de los átomos", de acuerdo con las leyes de la Naturaleza. Dentro de un ambiente cultural, donde ciertas concepciones han sido limitadas y especializadas, resulta osado dar a esta sencilla conclusión la expresión que requiere. Decir en terminología cristiana: "Por lo tanto, yo soy Dios Todopoderoso", resulta la vez blasfemos y extravagante. Pero dejemos de lado ese aspecto..." blablabla. Me pregunté si opinarías que la idea de "me he convertido en Dios" y la de superar al hombre para superar la idea de dios eran la misma.

Pero entonces quise también plasmar de alguna manera lo que había sentido al leer la parte sobre una conciencia única, y puse esa parte porque me daba pena el hombre en infinita soledad, muriendo. Al final soledad infinita y conciencia única son como, no sé, caras de una misma moneda y un mismo hombre puede sentir las dos (yo puedo sentir las dos), me pregunté si tú también y te pequé eso, no prestando atención a cómo podrías interpretarlo. De todas formas, lo de la ilusión en la galería de los espejos me parecía atractivo y visual, pero claro, como tú dices estaba contraponiendo un marco teórico y no tuve en cuenta tu punto de vista. Seguramente sin haber leído el libro y además con tal introducción (mentira, mentira) mucho a marco teórico vacío, a no-querer-decir-nada-en-especial-y-chichar-sin-más, pero lo que yo quería era... no sé, puedo decir que quería contrastar lo que sentías con mi experiencia de esa noche, pero me doy cuenta de que es altamente improbable que alguien pueda siquiera asomarse a esto que te cuento ahora sólo con el comentario que he dejado. Así que TIENES RAZÓOON xD

Crisálida dijo...

fe de erratas

y además con tal introducción (mentira, mentira) mucho = y además con tal introducción (mentira, mentira) SONABA mucho

Diego dijo...

No puedes olvidar que a veces es necesario explicarse para que puedan entenderte. Poca información estaba a mi disposición para inferir todos esos pasos y cambios anímicos...

Pero sin embargo lo entiendo perfectamente y lo defiendo, y aunque a veces lleve a malinterpretaciones, merece la pena el gustazo de hacerlo. Lo que menos importa en esos momentos, siendo Dios, es que la otra persona te entienda.

"Me pregunté si opinarías que la idea de "me he convertido en Dios" y la de superar al hombre para superar la idea de dios eran la misma."

Es lo mismo. Dios es la cota más alta posible de Hombre. Lo que sucede es que esa cota ha sido desvirtuada y realmente no se sabe cual es, por eso Dios y hombre se encuentran desligados sobre el papel. Convertirse en Dios implica llegar a esa máxima cota de hombre, pero hay que ser conscientes de que esa cota ha sido establecida por el transcurrir de la cultura y los siglos, por lo que lo que verdaderamente importa no es llegar-volver, sino llegar-seguir y ver qué hay más allá. Eso es algo difícil de hacer cuando Dios es un señor de barba que está en los cielos, a imagen y semejanza nuestra, que manda a su hijo morir en la cruz y no se cuantas mierda más. ¿Qué Dios es ese? Basura. Literatura. Nada más que eso. Por lo tanto se hace complicado superar al hombre, llegar a ser Dios, cuando Dios ya no está en un continuo con lo que el hombre siente, sino que se encuentra en un escalón por encima desgarrado artificialmente.

De es manera, devaluar esa visión artificial de Dios es algo necesario para hacer posible que el hombre pueda ser Dios y pueda superarse a si mismo. Y sería lógico, por lo tanto, que esa devaluación dejara a Dios a la misma altura que nosotros en el mundo, en la naturaleza y en las cosas. Una suerte de vuelta al animismo primigenio, origen de tantas otras cosas 'humanas'.