domingo, 25 de abril de 2010

Al final, toda historia es escrita por piedras que se sueltan del asfalto, el grijo que, paso a paso, se revela contra la brea que termina escupiéndolo. Porque es fácil terminar escupido, todos somos trozos de carne entre dientes ajenos, sólo que muchas son más finas que las bocas de los jubilados, y sin sentir ruido puedes encontrarte al lado de la alcantarilla, asfalto, junto a los plásticos imperecederamente sucios.

Sin embargo, por eso me gusta tanto ser humano: me reciclo una y otra vez sin miedo a sentirme sucio, porque esa suciedad no mancha y sin embargo sí que embriaga.

No hay comentarios: