domingo, 25 de abril de 2010

tiger fur coat

Raro brilla porque se quedó sin brillo hace muchas noches. Entonces, menos que nada es más que todo lo posible, y así brilla como la polilla que se calcina con el fluorescente. Pachuchita, aplastadita y con ojeras de fumar demasiada naftalina deja pasar los días, días demasiado cortos, empaquetados como chicles que han perdido sabor.

Raro tiene suerte, había antes un fluorescente que siempre le calcinaba las antenas. Lo quitaron. Ahora Raro es capaz de ver su propia luz de nuevo. Piensa en volver a ser feliz después de mucho tiempo y cree, que la primera de las premisas debe de ser que quemarse las antenas, nunca más con bombillas, "y sólo si no queda más remedio”, con solecitos.

Incluso parece que tiene sentido común, Raro, después de tanto tiempo y chamuscarse con la inocencia de estar cegado. ¡Los fluorescentes ya están pasados de moda!

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