domingo, 10 de agosto de 2008

Leer y perderse en las letras que van resbalando por las pupilas, fusionar un carrete velado con la sensacion de estar esquivando el suenho.

Si no fuera el despertar de un pajaro, el frio se daria la vuelta, seria un pijama del reves con las costuras esteticamente confusas por fuera. El frio y el calor con el invierno y el verano, no de la mano, practican las palabras lanzandolas al viento, estirando los sentidos para reconstruir un trozo de cielo. Confunden las palabras, ellas siempre confunden, pese a que son para aclarar y no confundir con frecuencia se retuercen llorando en un idioma nuevo, compuesto del abanico de sonidos que puede crear el viento entre las copas de mil manzanos. Parece un idioma limitado por dos partes tan palpables como viento/manzano, pero por contra, transladandose uno mentalmente bajo esa tibia atmosfera del bosque en un dia soleado pero ventoso, se da cuenta de que no hay ninguna solucion palpable ni sustancias limitantes, solamente un amasijo de trazas infinitas, divergentes, eternamente dispuestas de tal manera, que cualquier persona en cualquier momento tenga la suerte de ser consciente de que jamas (JAMAS) las habia escuchado nadie en esa disposicion hasta ese momento. Ni jamas nadie volvera a escuchar la misma composicion.

Manzanos/Sol/Viento/Recuerdo/Pueblo/Ninho

1 comentario:

Noelia dijo...

Únicas, así se nos muestran dichas sucesiones, tal y como son, y cambiantes, como el devenir. Pero todo depende de los sentidos, todo depende de cómo quieras entenderlas, ellas no ocultan nada, no tienen por qué, a veces somos nosotros los que nos complicamos demasiado la vida.