miércoles, 21 de noviembre de 2007

From Another Life


Me cuesta escribir, las letras se aferran al alma.

Como el alma está quieta, sedada, aburrida, las palabras no se exaltan.

Y si el alma no se exalta, no hay nada que escribir.

Vacío insalvable.

Eterno.

Como el abrazo de aquel atardecer invernal, gélido, mientras el horizonte ardiente trataba con cariño de apaciguar el mar. Eterno.

Tan rápido puede uno decirlo:

Eterno.

Tumbarse entre sus sábanas.

Dejarse evaporar por el tiempo.

Despertar para sentir algo.

El precio de la droga es la vida, es el recuerdo, es cada una de las tardes lluviosas. Es el maldito intento de tatuar su nombre en una herida abierta. Destartalando el ecosistema, destartalando los sesos, ¿quién puede ahora perderse si ya no hay muebles?

¿Dónde está la alfombra bajo la que barrer toda la mierda?

¿Quién diferenciaría una mentira? Ni el interés, ni la cárcel.

Parece eterna esta sensación, y el problema es que no es bella.

Tan solo aburre…

No es dolor.

No es tristeza.

1 comentario:

DansMaChair dijo...

¿es indiferencia?

aveces pienso que es a lo que más se le parece, al menos en mi caso y en ocasiones.












¿también recuerdos que no se sabe si se quieren borrar? o intentarlo al menos.


yo espero en mi silla.